Biografía de San Pedro Calungsod

Pedro Calungsod fue un joven de la región de Visayas, en Filipinas. Nació en 1654 en la zona de Cebú, de niño asistió a las misiones de los jesuitas hasta convertirse en catequista. Jóvenes como Pedro, nativos locales, entrenados desde el punto de vista cultural y espiritual, podían ser una válida ayuda en la predicación y un instrumento de conversión. Fue después de un par de años de formación que Pedro se convirtió en uno de los catequistas que, junto a los misioneros jesuitas españoles, llegaron hasta las islas Marianas para evangelizar a los chamorros, logrando muchas conversiones. Sin embargo, un curandero chino, llamado Choco, envidioso de los misioneros, comenzó a difundir la noticia de que el agua bautismal era venenosa. Y como algunos niños habían muerto tras recibir el bautismo, aunque antes ya estaban enfermos, muchos creyeron al difamador. La malvada campaña de Chocó fue pronto apoyada también por algunos nativos supersticiosos y de costumbres inmorales, que comenzaron a perseguir a los misioneros. El 2 de abril de 1672, Pedro, que tenía entonces unos diecisiete años, y el superior de la misión, el padre Diego Luis de San Vítores, llegaron a la aldea de Tomhom, en la isla de Guam, para bautizar a una niña. Pero el padre del niño, llamado Matapang, rechazó airadamente el bautismo de su hija. Determinado a matar a los misioneros, Matapang trató de conquistar para su causa a otro habitante de la aldea de nombre Hirao, y juntos comenzaron a tirar lanzas a Pedro, que esquivó los dardos con notable destreza. El chico habría tenido todas las posibilidades de escapar, dada su agilidad, pero no quería dejar solo al padre Diego. Pedro habría tomado la delantera a sus feroces agresores con solo haber tenido algún arma con la que defenderse, ya que era un chico muy valiente, pero el padre Diego nunca permitía que sus compañeros llevaran armas consigo. Pedro fue así alcanzado por un dardo en el pecho e Hirao lo remató con un golpe de cimitarra en la cabeza. Los asesinos mataron también al Padre Diego y arrojaron ambos cuerpos al fondo del océano. Los restos mortales de los mártires nunca pudieron recuperarse. El catequista Pedro Calungsod fue beatificado el 5 de marzo de 2000 por San Juan Pablo II y canonizado por Benedicto XVI el 21 de octubre de 2012. Durante la homilía, Benedicto XVI dijo: "Que el ejemplo y el valiente testimonio de Pedro Calungsod inspiren a las queridas poblaciones de Filipinas a anunciar el Reino de Dios con fuerza y a ganar almas para Dios”.